La sanación es un proceso espiritual, donde nuestro cuerpo y en especial nuestras manos son un vehículo a través del cual se transmite la Energía Vital del Ser Supremo, teniendo en cuenta que la energía es el componente principal del universo
La sanación se inicia elevando nuestro pensamiento en oración hacia el Padre Supremo tanto la persona que va a realizarla como quien va a recibirla.
Muy importante es la fe, la voluntad y el amor con que se va a efectuar la imposición de manos, es importante pensar que se esta ayudando y cuando se es otorgado un don éste se tiene que poner al servicio de los demás.
Porque no pensar como una alternativa de curación, de adentro hacia fuera, pero no desde el cuerpo sino desde algo más interno... desde el espíritu.
Partamos de la premisa que existe la enfermedad cuando hay un desequilibrio a nivel emocional, cuando no hay armonía entre las energías que rodean nuestro cuerpo.
El dolor es una alarma de que algo no funciona bien y que la energía no fluye de manera adecuada, por lo tanto cuando se armoniza esta energía el dolor o molestia desaparecerá.
Una forma directa de realizar esta sanaciones se denomina Sanación por Imposición de Manos.
Las manos son canales, como ya se dijo, por las que circunda la energía, colocándolas con convicción y fe de quien aplica y quien recibe la sanación.
Todos como hijos de Dios tenemos el don de curar, lo que sucede es que algunas personas desarrollan con mayor convicción y fe esta habilidad. En cuantas oportunidades no hemos curado a alguien del dolor con un suave masaje, una madre cuando su hijo se lastima con el simple hecho de transmitir el calor y a través del amor hacia su pequeño desvanece cualquier molestia y calma su llanto, inconscientemente lo hacemos pero es difícil aceptar que son reales estos tratamientos.
En todas las culturas se le da un nombre diferente a ésta Energía Curativa, una de ellas es la japonesa donde se denomina Reiki a la Fuerza Vital Universal, que no es más que la esencia de quienes somos como seres humanos.
Cuando tenemos un estado físico, emocional, mental y espiritualmente sanos quiere decir que nuestro Ki, nuestra energía vital se encuentra fuerte.
Cuando nuestro Ki está bajo, se presentan las enfermedades y cualquier tipo de malestar, una de las maneras para reabastecer el cuerpo de la Fuerza Vital es usar el poder curativo a través de las manos.
El hombre tiene un poder inmenso y en un muy pocas ocasiones lo aprovecha. Si permitiera que su Energía vital fuese enfocada hacia objetivos definidos y asequibles, no existiría limitante alguno para lograr todo lo que se propusiera.
Una de las formas de lograr el desarrollo de esta habilidad es permitiendo que sea la mente la que ordene al cuerpo y no como en muchos casos el cuerpo el cuerpo con sus necesidades y deseos mantiene al se atado a un mundo material que limita sobremanera el desenvolvimiento en niveles superiores.
Y es precisamente el desarrollo de esas habilidades lo que pretendemos dar a conocer, con el fin de que pueda sentir por si mismo un mundo que en ocasiones resulta imposible de creer o que sencillamente por convicción no damos crédito a su existencia.
Para ello, el paso inicial es lograr la relajación tanto física como mental, a través de un estado total de quietud y armonización de las energías del ser a partir de los siguientes pasos:
Siéntese cómodamente en una silla, con la columna vertebral recta y sin cruzar las piernas.
Cierre los ojos y respire lenta y profundamente, bote suavemente el aire y sienta como a medida que lo va haciendo se van relajando los músculos.
Al final de un corto tiempo todo el cuerpo se encuentra en un estado de relajación y descanso.
En fundamental para el éxito del objetivo que se propone alcanzar, lograr una excelente concentración. Su éxito esta en irradiar el pensamiento concentrado en un deseo fuerte y sincero.
Concentración quiere decir enfocar, centrar todo el pensamiento en una sola dirección un solo objetivo, el divagar en otras ideas conlleva un gasto de energía y por lo tanto no generar ningún resultado.
Al principio es un poco complicado lograr esta concentración por lo tanto se recomienda un ejercicio relajante de contar de manera descendente del 10 al 1, 20 al 1, y 30 al 1 e ir aumentando paulatinamente hasta contar del 100 al 1 sin distracción alguna.
Estos ejercicios ayudaran a obtener el dominio del pensamiento, de la concentración que no es más que canalizar toda la fuerza en una sola dirección.
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