El amor es el poder universal que nos conecta

Para muchas personas, el ingrediente clave que falta en sus vidas es la simple experiencia de amor incondicional. Más allá de nuestras posesiones materiales, familias, relaciones y carreras laborales, cada uno de nosotros busca en silencio el sentimiento y la encarnación del amor.
A medida que nos movemos en nuestras rutinas diarias, frente a cada vez mayores problemas de estrés y desafío, el miedo y la duda nos abordan. Una voz interior suave nos está hablando: Esta es la voz de la verdad más profunda y la razón.
Hay otra forma, otro camino. Es un camino pavimentado con el uso consciente del amor. Que va más allá del amor personal en el reino del amor incondicional. Es el reconocimiento de que toda vida merece amor, independientemente de su apariencia o sus acciones. Toda vida es sagrada a pesar de cualquier ilusión de lo contrario.
El amor consciente, a diferencia del amor mecánico, sometido a compulsión y automatismos ciegos de todo tipo, se inspira y se ilumina en la conciencia, esto es, está regido por la atención, que es, sin duda, la más preciosa función de la mente y la que nos permite darnos cuenta. Aplicamos también la conciencia al amor para purificarlo, liberarlo de trabas personalistas y narcisistas, limpiarlo de emociones que nada tienen que ver con el verdadero amor.
El amor consciente, para la mayoría de las personas, exige un cierto adiestramiento, mayor o menor, dependiendo de la naturaleza del individuo. La frustración surge a menudo porque las personas que decimos o creemos querer no se amoldan a los esquemas, patrones o fantasías que hemos configurado. Es decir, no nos basta con que nos quieran, sino que encima tienen que querernos (y demostrárnoslo) como nosotros ansiamos y esperamos. Toda relación humana deviene un maestro y una enseñanza, porque con frecuencia pone al descubierto carencias afectivas, huecos de soledad, expectativas irracionales, exigencias patógenas y carencias psíquicas. Cuando el ego interviene en exceso ( y suele hacerlo con asombrosa facilidad), la relación se empobrece y se crea una atmósfera más o menos sutil, llena de manipulaciones, reproches y sin sabores.
El ego es el enemigo mortal para todo tipo de relación. Cuando logras amar conscientemente, sin caer en la trampa de la biología, entonces no te enamoras sino que te elevas en el amor. Entonces el mismo amor se convierte en una fuerza integradora no en una desintegración. El amor mismo se convierte en un estado de conciencia y adquieres cada vez más conciencia en tu relación.
Es con este reconocimiento que podemos influir en el cambio increíble en nuestra vida, tanto personal como global. De hecho, en este mismo momento estás afectando tu vida simplemente por tus actitudes, perspectivas, pensamientos y sentimientos. ¿Qué pasa si decides ver la vida con el amor?
El amor no requiere ningún talento especial, habilidad o conocimiento. Se lleva a cabo dentro de cada uno de nosotros en cada momento. Lo único que necesitamos darnos cuenta es que está siempre presente y disponible para invocar su regalo. Cuando elegimos el amor, recibimos y compartimos la belleza de la vida misma.
El amor es la energía universal que nos une a todos y le da sentido a la vida. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros experimentamos este amor en nuestra vida diaria? ¿Quién de nosotros puede centrarse conscientemente y convertirse en amor cada momento? La respuesta es sencilla: todos y cada uno. Sólo basta una decisión.
Todos somos capaces de experimentar el amor todo el tiempo porque el amor está contenido en todas las experiencias. Nunca hay un momento en que el amor no esté disponible. Siempre está ahí. El amor es la fuerza creativa dentro de todas las cosas. Somos los únicos que se olvidan de esta verdad.
La clave para experimentar el amor con más frecuencia es buscar hacia fuera y convertirse en ella. Allí donde hay miedo, duda, ira, odio, resentimiento o juicio, tenemos la oportunidad de encontrar el amor. El primer paso es el perdón. Perdonarnos a nosotros mismos y los demás es el paso inicial para la realización del amor dentro de la vida diaria.
Cada esfuerzo que hagamos en este proceso vale la pena. Mediante el perdón y la compasión, transformamos nuestro mundo. Es la única manera de liberarnos a nosotros mismos y a otros de limitaciones y experiencias negativas.
Decide hoy piensa en el amor como una prioridad. Haz lo que es natural y sigue a tu corazón. Escucha dentro de él, perdónate a ti mismo y a otros, pide con intención que el amor y la verdad sean tu experiencia de todos los días.
“Despertar es recordar que fuiste Creado por el amor y para el amor”
Por: Pilar Villicaña